diciembre 10, 2025
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Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.
(Hebreos 11:1)

Fe es mirar más allá de lo que vemos en el ámbito natural. Mientras que los ojos humanos ven limitaciones, crisis e imposibilidades, la fe contempla promesas, caminos abiertos y el obrar de Dios. No se basa en evidencias, sino en la fidelidad del Señor.

Cuando Abraham subió al monte para sacrificar a Isaac, sus ojos vieron la leña, el fuego y la ausencia del cordero. Pero su fe vio a Jehová-Jireh, el Dios que provee. Moisés, frente al Mar Rojo, vio aguas impenetrables y un ejército a su retaguardia. Sin embargo, por fe, vio cómo el mar se abría antes de que su vara siquiera tocara las aguas.

Esta es la fe que necesitamos hoy. Una fe que no depende de diagnósticos médicos, saldos bancarios ni noticias de prensa. Una fe cimentada en la Palabra de Dios, que da existencia a lo inexistente como si ya existiera.

La fe no niega la realidad, sino que la vence. Nos permite caminar sobre las aguas, descansar en medio de la tormenta y alabar en el valle de sombra de muerte. Porque donde el ojo natural ve el fin, la fe ve un nuevo comienzo.

Que nuestros corazones se llenen de esta fe viva, ardiente e inquebrantable. Que, incluso cuando todo parezca perdido, declaremos con valentía: «¡Yo sé a quién he creído!». Porque los cielos se mueven para quienes se atreven a creer.

Ver y avanzar con fe
Declara la Palabra de Dios con fe: incluso sin ver, proclama las promesas bíblicas con fe. Tus palabras moldean tu realidad espiritual antes de que se manifiesten en lo natural. La fe habla antes de ver.
Ora con confianza, rechaza las dudas: busca a Dios y espera una respuesta sin temer al silencio. La verdadera fe se expresa en la oración persistente, incluso cuando los ojos no perciben un cambio inmediato.
Camina en obediencia, no te muevas impulsado por la emoción: toma decisiones basadas en la dirección de Dios, no en las circunstancias. La fe actúa incluso sin garantías visibles, confiando en que Dios ya ha preparado el camino.

Para orar:
Señor, fortalece mi fe para ver más allá de las circunstancias. Ayúdame a confiar en tus promesas, incluso cuando mis ojos no vean salida. Enséñame a descansar en ti, creyendo en tu tiempo y tu fidelidad. Que mi vida sea guiada por la fe, no por el miedo. En el nombre de Jesús, amén.

Buenos días, no te apoyes en tu conocimiento o en lo que ves físicamente. Pon tu confianza en Dios sobre todas las cosas. Permite que él guíe tu camino y anda por la senda que él te muestre. Experimenta las bendiciones de Jesucristo en tu vida.

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