
El modelo de partido de los padroneros con el código genético marca “Yunes” NO le sirve a México. De ese modelo simulador, tramposo, corrupto y ruín solo medran unos cuantos pero daña al país, al PAN, a su militancia y, especialmente, a todos los electores que buscan en nosotros una alternativa democrática frente a la regresión autoritaria que está imponiendo el partido oficial.
Agradezco a todos los militantes del PAN que participaron de manera libre en este proceso electoral, tanto a quienes me apoyaron como a quienes decidieron NO hacerlo.
Los números oficiales y las actas que tengo en mi poder, y que siguen llegando a nuestro Comité de Campaña, definen un resultado que favorece a mi contrincante, pero no estoy convencida de la legitimidad del proceso.
Desde un inicio no se tuvo certeza, se violó la legalidad, y fue una elección inequitativa. Así, de esa manera, hoy ganaron.
Hago un llamado a la nueva dirigencia: el modelo de PAN que ustedes han construido desde la última década no funciona. No sé si tengan la voluntad y el compromiso ético para hacer del PAN una institución que merezca ser heredera del legado demócrata y liberal de Gómez Morín.
Nadie puede sentirse orgulloso cuando alrededor del 70 por ciento de los panistas no fue a votar. El mensaje de abstencionismo de nuestros militantes es claro: las cargadas no entusiasman. La nómina de gobiernos no es suficiente para convocar. Las almas no se mueven con dinero sino con ideas y conductas dignas de ser imitables.
No deseo la división ni la muerte de Acción Nacional, pero la sumisión ante la mentira es cobardía; el silencio ante la injusticia es complicidad; abdicar en la búsqueda de la verdad hace esclavas a las personas; y Acción Nacional nació exigiendo democracia para la justicia en la libertad.
En los próximos días, una vez cotejadas las actas con los resultados oficiales y hacer un balance sobre lo sucedido en este proceso, decidiré el contenido de mi convocatoria para hacer de este país una patria ordenada y generosa, para una vida mejor y más digna para todos.
ATENTAMENTE
Adriana Dávila Fernández

