Los seres humanos tendemos a enfocarnos en los problemas o en lo que no tenemos. Esta actitud es una mala costumbre que no nos beneficia, pues nos lleva a sentir tristeza y ansiedad.
¡Haz hoy una prueba! Menciona bendiciones que tienes en tu vida. Recuerda algunas cosas buenas que te han sucedido en las últimas semanas. ¿Has comido algo cada día? ¿Tienes dónde vivir? ¿Tienes familia, amigos y ropa que vestir? ¿Puedes leer, respirar y caminar? ¿Cuántas cosas buenas hay en tu vida?
¡Son bendiciones de Dios para ti! Dale las gracias y enfócate hoy en sus bondades.
Toda buena dádiva y todo don perfecto descienden de lo alto, donde está el Padre que creó las lumbreras celestes, y que no cambia como los astros ni se mueve como las sombras.
(Santiago 1:17)
Son muchas las cosas que damos por sentado, pero si nos detenemos a pensar, son grandes bendiciones de Dios. El tener agua limpia disponible para beber, bañarnos, lavar la ropa, limpiar la casa, etc. Eso es algo que nos puede parecer muy normal, pero en realidad, es una gran bendición. Tristemente, hay muchas personas que tienen que recorrer largas distancias en busca de agua limpia.
¿Reconoces las bondades de Dios en tu vida? ¿Te das cuenta de que eres bendecido? Elimina de tu corazón las quejas infundadas y reemplázalas por gratitud a Dios. Te sentirás mucho mejor y honrarás al Dios todopoderoso que tanto te ama.
Buenos días, ¿Cuántas bendiciones has recibido en tu vida? ¿Puedes enumerarlas? Son muchas, ¿no? ¿A quién le das las gracias por todas las cosas agradables que forman parte de tu vida? Jesucristo te ha bendecido, te bendice y te seguirá bendiciendo.
