Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen.
(Juan 10:27)
Hay momentos en los que parece que los ataques vienen por todos lados. Problemas con familiares y amigos, problemas en el trabajo, la economía se tambalea, la salud se afecta y parece como si no hubiera solución. Esos pueden ser tiempos de mucha confusión en los cuales las emociones intentan dominarnos.
Es en momentos así cuando debemos recordar que servimos al Dios todopoderoso que nos ama, nos cuida y está siempre presto para ayudarnos. Si te encuentras en un momento así, lleva tus cargas ante el Señor, cuéntale lo que te agobia. Con Dios puedes hablar con toda sinceridad, él no te acusará. Puedes llevarle tus cargas y entregárselas a él.
Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará;
No dejará para siempre caído al justo.
(Salmo 55:22)
Ese salmo nos recuerda lo que Dios hace cuando acudimos a él en nuestros momentos de lucha y angustia. Él nos sustenta y nos levanta. Lo hace hablando palabras de ánimo, trayendo a nuestra mente versículos poderosos que nos hablan sobre su amor por nosotros y su poder para obrar en medio de cualquier situación.
No permitas que el diablo te confunda, te robe el gozo o la salud llenando tu corazón de dudas y ansiedad. Aférrate a las promesas del Señor, recuerda quién eres en él y toma pasos de fe y valentía en su nombre. La voz de Dios renovará tu corazón y avivará tu espíritu, haciéndote ver que con Cristo, saldrás adelante. La luz volverá a brillar, porque sirves al Dios de luz.
Echen sobre él toda su ansiedad porque él tiene cuidado de ustedes.
(1 Pedro 5:7)
No temas ni te angusties. El Señor te acompaña, te fortalece y te ayuda. Su mano derecha te sostiene firmemente y en él tienes la victoria. Recuerda Jesucristo te bendice
