Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra.
(Ezequiel 36:27)
A veces nos escudamos tras el «no puedo», especialmente cuando luchamos contra un pecado recurrente. Sin embargo, debemos recordar que no luchamos solos contra nuestras debilidades o tentaciones. Los hijos de Dios contamos con el Espíritu Santo que mora en nosotros y nos da poder para vencer. Al mantenernos firmes en el Señor y permitir que el Espíritu Santo nos guíe, somos fuertes y logramos andar en obediencia.
Toma hoy un momento para evaluar tu corazón. ¿Estás permitiendo que el Espíritu Santo te ayude a vivir en obediencia a Dios y a guardar sus mandamientos? ¿Vives la vida victoriosa en Cristo, porque él reina en tu corazón? Si es así, prepárate hoy para vencer en su nombre. Llena tu corazón del Señor y rechaza todo lo que te aparta de él.
Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.
(2 Timoteo 1:7)
Fortalécete en el Señor y vive cada día con él. No permitas que el enemigo te engañe diciendo que no puedes. Tú sí puedes, porque eres de Cristo y tu fortaleza viene de él. En él tienes poder para vencer, amor para dar y dominio propio para decir «no» a todo lo que va en contra del Señor. Sé un buen embajador de Cristo donde quiera que vas y muestra a todos la obra que el Espíritu Santo hace en ti y puede hacer en ellos.
Buenos días, recuerda que en los momentos de dificultad, el Espíritu Santo nos consuela.
