
Cuando parece que todo va mal y no encuentras salida para tus problemas, ¿qué puedes hacer? ¡Acude a Dios y cree en sus promesas! El mundo es incierto, hay muchas cosas que no podemos controlar. Pero Dios es soberano. Él tiene poder para ayudarte, para salvarte y él nunca te abandonará.
Confía en Dios, ora, pídele su ayuda y espera. ¡Verás cómo él cuida de ti! Mantente atento al mover de Dios en tu vida y en tus situaciones. Recuerda que no existe ninguna puerta que Dios no pueda abrir, si esa es su voluntad. Lleva tus ansiedades ante él, confía en que él está contigo y cuida de ti.
Tú eres mi refugio;
tú me protegerás del peligro
y me rodearás con cánticos de liberación. Selah
(Salmo 32:7)
Dios es tu refugio, él es tu protector. Aférrate a él siempre y confía en que él te socorrerá en el momento preciso. Dios está a tu lado, puedes hablarle de tus miedos y ansiedades. Él entiende tu condición humana y te extiende su mano poderosa y llena de amor para cuidarte y animarte.
El que habita al abrigo del Altísimo se acoge a la sombra del Todopoderoso. Yo le digo al Señor: «Tú eres mi refugio, mi fortaleza, el Dios en quien confío».
(Salmo 91:1-2)
Recibe hoy la fortaleza que Dios te quiere dar y confía en su cuidado, porque estás seguro en él.
Buenos días, confía siempre en Dios, porque él cuida de ti. Recibe Su bendición.
